Cuidadores Alzheimer a domicilio Sevilla

La demencia más común en las personas mayores es la enfermedad de Alzheimer. Esta suele comenzar a partir de los 65 años, aumentando el riesgo de padecerla con forme se avanza en edad.

Se trata de una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por la pérdida de memoria y otras capacidades superiores como son el lenguaje, las funciones ejecutivas, la atención, etc., debido a la muerte de numerosas sinapsis en la corteza cerebral y en algunas regiones subcorticales.

Criterios diagnósticos de enferemedad de Alzheimer (DSM-V)

1. Deficiencia cognitiva múltiple, manifestada por:
   • Alteración de memoria (aprender nueva información y recordar la ya aprendida).
   • Una o más de las siguientes alteraciones cognitivas:
     • Afasia
     • Apraxia
     • Agnosia
     • Alteración de funciones ejecutivas
   • Las alteraciones representan un deterioro con respecto a las capacidades previas del paciente y causan dificultades significativas en las funciones ocupacional y social.
   • La evolución se caracteriza por establecimiento gradual y deterioro cognitivo continuo.
   • Las alteraciones expresadas en A.1 y A.2 no se deben a:
     • Otros trastornos del sistema nervioso central que logren originar deterioro progresivo de la memoria y de otras funciones cognitivas (por ej. enfermedad cerebrovascular, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington, hidrocefalia de presión normal, tumor cerebral).
     • Trastornos sistémicos que pueden producir demencia (por ej. hipotiroidismo, deficiencia de vitamina B12, ácido fólico, niacina, hipercalcemia, neurosífilis, SIDA).
     • Intoxicaciones.
   • Las alteraciones no suceden solo durante un síndrome confusional agudo.
   • El trastorno no es atribuible a una alteración psiquiátrica como por ejemplo depresión mayor o esquizofrenia.

Causas y factores de riesgo

La enfermedad de Alzheimer se describe por la pérdida de neuronas que resulta en una atrofia de las regiones afectadas, como son el lóbulo temporal y parietal y partes de la corteza frontal y la circunvolución cingulada.

Los científicos han registrado factores que incrementan el riesgo de padecer Alzheimer. El mayor factor de riesgo es el envejecimiento.

Otro factor de riesgo son los antecedentes familiares, creciendo el riesgo si tiene más de un familiar con la enfermedad.

Asimismo, diversos genes incrementan la probabilidad de padecer la enfermedad. Estos genes son la apolipoproteína E-e4, o APOE-e4 (es el de mayor impacto), APOE-e2 y APOE-e3. Además, variantes que causan directamente la enfermedad son la proteína precursora amiloidea (APP), presenilina-1 (PS-1) y presenilina-2 (PS-2).

Tratamiento de la enfermedad de Alzheimer

Actualmente esta enfermedad no tiene cura. Su tratamiento se centra en el proceso farmacológico y no farmacológico.

Respecto a los fármacos, existe cierta eficacia en los anticolinesterásicos, los cuales tienen una acción inhibidora de la colinesterasa.

En relación al tratamiento no farmacológico, existe evidencia de que la estimulación cognitiva ayuda a mantener y atrasar la pérdida de las funciones y habilidades de la persona gracias a que el entrenamiento de las funciones superiores ayuda a compensar las pérdidas del paciente.

Por otro lado, existen diferentes intervenciones orientadas a las emociones como son la terapia de validación, la terapia de reminiscencia, la psicoterapia de apoyo, entre otras.

Cuidados a personas con Alzheimer

Debido a que son personas dependientes en su mayoría, el cuidado de una persona con Alzheimer es de vital importancia y debe ser tratado cuidadosamente, incrementando además la necesidad de cuidados conforme la enfermedad avanza.

De entre las prácticas que se deben llevar a cabo para el cuidado de estas personas podemos encontrar:

• Establecer unas rutinas diarias para tareas como las comidas, el baño, el paseo, etc.
• Permitir que la persona con demencia realice todas aquellas actividades que sea capaz de hacer por sí mismo o con cierta ayuda.
• Dar instrucciones y explicaciones claras y sencillas.
• Evitar distracciones como la televisión en tareas como la comida, durante las conversaciones o si está haciendo cualquier otra tarea.
• Evitar siestas para que no tenga problemas con el sueño en las noches.
• Para reducir sentimientos como la frustración que pueda sufrir la persona con esta enfermedad, intenta ser flexible en algunas situaciones como, por ejemplo, si la persona mayor quiere usar siempre la misma ropa, comprarle varios conjuntos iguales o si no quiere comer algún alimento intentar cambiárselo por otro con los mismos valores nutricionales.
• Crear un entorno seguro eliminando cualquier obstáculo para evitar las caídas, como pueden ser cables, alfombras, juguetes, etc. Además, sería importante poner cerraduras y cerrar con llave, sobre todo la puerta de salida del domicilio, si la persona comienza a deambular por las noches.
• Además, de todo esto, hay que ser conscientes de que la persona está sufriendo un cambio muy grande en su vida, lo que le afecta emocionalmente. Por ello, es muy importante saber cuidar la parte emocional de la persona, ofreciéndole todo el apoyo necesario.

En Salutte, somos consciente del gran número de personas que sufren esta enfermedad y lo que les supone tanto al paciente como a sus familiares. Por ello, contamos con cuidadores y personas de acompañamiento que cuentan con años de experiencia en el cuidado de personas con este tipo de enfermedad, para que sus familiares tengan la tranquilidad de que el cuidado y la atención al paciente se encuentra en las mejores manos.