En la persona en situación de dependencia, la no movilidad y el estar encamado produce un aumento del riesgo de complicaciones tromboembólicas, problemas urinarios y de estreñimiento, aparición de ulceras por presión o escaras, heridas crónicas, etc.
Por ello, los cambios posturales son la primera medida preventiva cuando nuestro familiar es dependiente y no puede valerse por sí mismo, para lo que, además, tenemos que tener en cuenta que la piel de estas personas es extremadamente frágil.
Se debe tener en cuenta no solo la posición en la que se quiere situar a la persona dependiente, sino también que esta posición pueda mantenerse sin riesgo de obstrucción de la vía respiratoria, de caída o merma de la posición de decúbito lateral de seguridad.
¿Cómo realizar un cambio de postura en las personas dependientes?
Para realizar el cambio de posición, modificaremos la postura cada 2 o 3h, alternando ambos laterales (izquierda-derecha), la postura boca arriba (o supino), y la de semisentado a Fowler.
Asimismo, aprovecharemos cada cambio para comprobar el buen estado cutáneo y aplicar aceite natural de almendras, que ayuda a prevenir y proteger la piel de úlceras por presión.
Es importante diferenciar entre una movilización (modificar la posición de una persona sobre la misma superficie) y una transferencia (cambio de una superficie a otra). Esta última comporta más riesgo en su realización, ya que implica un cambio de plano, por ejemplo, de la cama a la silla de ruedas, de la silla de ruedas a una silla, de la silla al baño.
Por esta razón, y para no producirnos ninguna lesión, a la hora de mover a nuestro familiar es fundamental seguir una serie de pautas, ya que está en juego no solo la salud de la persona en situación de dependencia sino también la del propio cuidador, de ahí, la importancia de seguir protocolos.
Los protocolos están diseñados por profesionales de la salud en la atención y los cuidados a pacientes. Su propósito principal es hacer cada procedimiento o tarea de cuidados más segura tanto para el paciente como para el cuidador.
Los protocolos de cambios posturales indican los pasos a seguir de forma clara y concisa para realizarlos de forma adecuada, es decir, con profesionalidad y eficiencia.
Pero no solo sirve para todo esto, sino que, además, enseña al cuidador cómo aprovechar este momento para cuidar de la salud y el bienestar del paciente.
Cuestiones a tener en cuenta en los cambios posturales
De entre las cuestiones que debemos tener en cuenta en los cambios posturales para mejorar la calidad de vida de la persona, encontramos:
- La observación. Esta es muy importante en la atención a pacientes dependientes, sobre todo si no tienen la capacidad de comunicarse. Gracias a la observación, podremos atender a cuestiones destacables como si tiene alguna herida o si su piel se encuentra en buen estado.
- Preparación del ambiente para mayor seguridad y comodidad del paciente. Buen nivel de iluminación, buena temperatura de la habitación, cama sin arrugas (esencial para evitar heridas), etc.
- Proporcionar cuidados específicos tanto antes como después de los cambios posturales, según lo indique el protocolo en cada caso. Por ejemplo, el cuidado de la piel o el control de drenajes.
Por todas estas cuestiones, entre otras, se entiende que los cambios posturales los debería realizar un cuidador profesional en caso de que el/la familiar no tenga experiencia y no conozca cómo hacerlo.
En Salutte, contamos con cuidadores profesionales con años de experiencia en el cuidado y la atención de personas mayores dependientes en situación de encamados, por lo que, saben realizan los cambios posturales a la perfección.