Evolución y tratamiento del deterioro cognitivo

Evolución y tratamiento del deterioro cognitivo

Debido a que la esperanza de vida ha crecido, el incremento en la longevidad de la población incita a un aumento en la aparición de enfermedades que hace unos años atrás eran más improbables de diagnosticar. Entre estas enfermedades nos encontramos con la demencia.

Deterioro cognitivo

El deterioro cognitivo leve, es aquel que antecede a la demencia en estadios leves. En dicho deterioro, la persona comienza a notar pérdida de memoria sobre todo, entre otros posibles síntomas como problemas en el lenguaje, en la atención u otras funciones cognitivas, resultándole más difícil llevar a cabo ciertas tareas que antes podía realizar sin dificultad. Sin embargo, estas personas pueden llevar a cabo su vida de manera independiente.

Si la persona no se somete a ningún tratamiento, el deterioro cognitivo leve avanza, comenzando a padecer demencia, la cual afecta de manera más drástica a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. Además, este deterioro de las funciones cognitivas suele ir acompañado, y en ocasiones es precedido, por el deterioro del control emocional, comportamental y/o social.

Por otro lado, cuando la persona comienza a presentar pérdidas en el deterioro cognitivo leve, debido a que es consciente de su nuevo estado, puede desarrollar trastornos del estado de ánimo, como ansiedad o depresión, lo que puede llegar a ser determinante para la evolución a demencia.

Por el momento, las enfermedades neurodegenerativas como las demencias son de naturaleza crónica, es decir, no tienen cura, pero sí se ha comprobado mediante numerosos estudios que se puede retrasar el deterioro, consiguiendo que muchas personas no lleguen a presentar la enfermedad en estadio avanzado antes de su fallecimiento, teniendo en cuenta que este tipo de enfermedades se suelen presentar en edades avanzadas, sobre todo en aquellas personas que, tras la jubilación, comienzan a tener una rutina disminuida en actividad física y mentalmente poco activa.

Estimulación cognitiva

Para conseguir este freno en el deterioro, el método no farmacológico más estudiado hasta el momento ha sido la estimulación cognitiva. Esta consiste en la ejecución de diferentes actividades y tareas programadas y llevadas a cabo por un profesional, con el fin de potenciar los mecanismos de plasticidad cerebral y así atrasar el deterioro todo lo posible.

Además de esto, otros objetivos que persigue este tipo de intervención son:

  • Incrementar la autonomía de la persona.
  • Favorecer su ámbito social.
  • Evitar su desconexión del entorno.
  • Mejorar su autoestima y estado anímico.

Por todo ello, es conveniente un diagnóstico temprano de la persona, ya que, cuanto antes se comience a realizar la intervención mediante este tipo de técnica, en mejor estado se va a poder conservar la persona a lo largo del tiempo.

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