Los sentimientos de soledad son unos de los más destacados en nuestros mayores, los cuales pueden derivarse de situaciones como el empobrecimiento de contactos sociales y familiares, siendo estos últimos su mayor fuente de apoyo. Todo esto provoca consecuencias negativas tanto en el ámbito físico de la persona, reflejándose en la debilidad del sistema inmunológico, dolores de cabeza, dificultades para dormir, etc.; en el ámbito psicológico, observándose en el desarrollo de depresión, deterioro cognitivo, demencia, baja autoestima, etc., y/o en el plano social produciendo el aislamiento de la persona.
Decimos que el envejecimiento es una de las etapas de la vida con mayores probabilidades de presentar consecuencias emocionales producidas por los sentimientos de soledad debido a las diversas experiencias que supone para la propia persona este ciclo vital, como pueden ser el conocido Síndrome del nido vacío, el presentar unas relaciones familiares pobres por falta de tiempo por parte de estos, sufrir la muerte del cónyuge, mantener una falta de actividad y de relaciones placenteras, etc.
La persona mayor necesita relacionarse y comunicarse, expresar lo que siente, lo que desea, tener sentimientos de pertenencia a un grupo, presentar una imagen de sí mismo y de su etapa de vida real y positiva.
Por todo ello, es muy importante el cuidado emocional y relacional de estas personas, puesto que, en muy pocas ocasiones, ellos mismos van a ser capaces de comunicarnos el malestar que presenten. Es por ello, por lo que Salutte cuenta con cuidados sociosanitarios de psicólogos (https://salutteayudadomicilio.com/services/neuropsicologia-psicologia-personas-mayores/) y servicios de acompañamiento (https://salutteayudadomicilio.com/services/acompanamiento-personas-mayores/), los cuales pueden ayudar a la persona a no sentirse sola y a superar la fragilidad emocional que pueden estar sufriendo.