Las etapas vitales en las que el organismo es más susceptible de percibir cambios es durante la infancia, de 0 a 6 años, y en la vejez, a partir de los 65 años.
Esto quiere decir que, a medida que las personas envejecemos, es más probable que aparezcan modificaciones en nuestro estado de salud.
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Cambios estructurales en las personas mayores
Respecto a los cambios estructurales producidos, podemos encontrar:
Estatura
- Acortamiento de la columna vertebral debido a un estrechamiento del disco.
- Cifosis.
Huesos
Pérdida general de masa ósea.
Articulaciones
- Reducción de la elasticidad articular.
- Decadencia fibrilar del cartílago articular.
Músculos
- Reducción del número de células musculares.
- Acentuación del contenido de grasa muscular.
Cambios funcionales en las personas mayores
También podemos encontrar cambios funcionales:
- Disminución de la secreción de saliva y tendencia a sequedad en la boca, así como atrofia de las encías.
- Menor secreción ácida en el estómago.
- Atrofia de la mucosa en el intestino.
- Degeneración del movimiento intestinal y al reflejo de defecar.
Las consecuencias fisiológicas o fisiopatológicas de estos cambios, podrían ser:
- Declive progresivo de la altura.
- Indisposición vertebral y fractura de huesos largos con traumas.
- Restricción articular.
- Merma de fuerza muscular creciente.
- Deducción de la actividad mecánica del músculo, provocando caídas.
- Digestiones lentas.
- Dificultad en el aprovechamiento de los nutrientes.
En conclusión, todo el organismo se va modificando progresivamente tanto a nivel fisiológico como funcional, y aunque es cierto que estos cambios y consecuencias son progresivos e inevitables, diversos estudios afirman que el ritmo de crecimiento se puede disminuir gracias a llevar una vida activa y constante.
La fisioterapia ofrece ayuda a la persona mayor no solo en aspectos sanitarios, sino también a través de la educación para la salud, brindando información sobre cómo llevar una vida saludable mediante el ejercicio físico y la higiene postural en el día a día.
Afrontar la vejez desde un enfoque activo tiene el propósito de aumentar la esperanza de vida y la calidad de vida de las personas adultas mayores.
Llevar una vida activa
Por ello, llevar a cabo una vida activa, permitirá que:
- Sufran menos incapacidades relacionadas con enfermedades crónicas.
- Necesiten una menor atención sanitaria y social.
- Sufran menos situaciones de soledad.
- Incrementen su autonomía.
- Sigan participando en el ámbito económico.
Por todo esto, es tan importante la activación física en estas personas mayores como las técnicas de fisioterapia, ya que, ayudarán a combatir las consecuencias que producen los propios cambios que se acaban de comentar en el envejecimiento.
Asimismo, ayudarán en gran medida a la imposibilidad producida por enfermedades típicas de la vejez como son el Parkinson, el Alzheimer, osteoporosis, problemas cardiorrespiratorios…
La gran mayoría de las terapias fisioterapéuticas, originan la mejora del movimiento y la independencia mediante ejercicios de fuerza y resistencia, técnicas de relajación, control del dolor y ayudas para la movilidad.
Algunos de sus beneficios serían:
- Mejora de la masas y fuerza muscular.
- Mejora de la densidad ósea.
- Prevención de enfermedades crónicas como pueden ser la osteoporosis o la diabetes mellitus.
- Incremento del estado anímico y la autoestima.
- Mejora de las funciones cognitivas y ayuda al freno del deterioro.
- Disminución del riesgo de caídas.
En Salutte, contamos con fisioterapeutas con una gran vocación y experiencia en el trabajo con personas mayores que los podrán ayudar a obtener una mejor calidad de vida y un aumento de su autonomía.
Asimismo, también contamos con un servicio de acompañamiento a personas mayores, si lo que necesita es que su familiar mayor lleve un estilo de vida más activo saliendo a dar paseos o haciendo al aire libre aquellos ejercicios que el fisioterapeuta le haya recomendado.